junio 04, 2011

La radio en mi vida...


El verano de 1994 lo pasé en Arica. Hicimos ese gran viaje en auto desde Viña con mis papás y mi hermano. Fue un viaje largo, pero muy entretenido, tengo bastantes recuerdos de los paisajes, el amanecer en el desierto y miles de cosas más. En fin, llegamos Arica luego de no sé cuántas horas, algo de 26 o más... Y nos reencontramos con el resto de la familia que nos esperaban para un gran evento. El bautizo de un primo que era el ahijado de mis viejos.

Dentro de todo lo que significó para mí como niña que se encuentra con su familia, ese viaje fue inolvidable para mí por muchos motivos.

Estabamos en la casa de mi tio, el cura, donde era el festejo. Y claro, todos cantaban, porque eso hacen los Soto...cantan, todos cantan y tocan la guitarra! En eso estabamos todos y yo, probablemente bailaba, cantaba y me movía por todos lados..tanto tanto que seguro ya los tenía aburridos a todos, entonces fue en ese momento que mi abuelo, el periodista, me dijo "comienza tu carrera princesita y has historia de este día" y me entregó, entonces, una grabadora de esas antiguas grandes que usaban casette. Yo me emocioné tanto que se me olvidó el canto y partí a hacer historia como dijo mi tata.

Ese día siempre lo recordaré como mi primer acercamiento al mundo radial. Comencé a entrevistar a todos los invitados (pienso que si la idea de mi tata era que no molestara, claramente no fue buena idea darme esa grabadora jaja) les hacía miles de preguntas y luego me iba al jardín a escuchar lo que había hecho y entonces, cantaba una canción, claro era una radio tenía que tener música. Luego de la canción volvía al salón a entrevistar a alguien más y etc.

Luego de ese día, no pude soltar la grabadora. Fue tanto mi encanto con ella, que me la tuve que traer a viña y mi tata probablemente tuvo que comprarse otra. De allí en adelante, hacía programas, comerciales etc. invitaba a compañeras para entrevistarlas...Tenía mi propia radio y la iba grabando en estos casettes maravillosos que se fueron acumulando en el tiempo.

La grabadora y los cassette nunca más supe donde quedaron, pero lo que aprendí sin duda es lo que con orgullo hoy comienzo a poner en real práctica.

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